ORIFICIO. AGUJERO:

Vía de paso, abertura comunicante que puede ser entendida tanto en el plano filosófico como espiritual. En el primero de ellos es simbolo de nacimiento o salida a la vida independiente y, en general, del sexo femenino. En el orden espiritual, el orificio evoca un tránsito de luz a tinieblas, así como la transcendencia.



Sentada de cuclillas miro acercándome mucho, tal vez peligrosamente para mi equilibrio.
Huele el aire a algo rancio como de ropa guardada sin lavar.
Hoy estoy cansada de andar y me siento en un banco. No miro nada especial solo dejo pasar el tiempo mientras respiro el aire impregnado a naftalina y ropa rancia, como huelen las casa viejas, a eso y a algo parecido a incienso.
Casas cerrradas que solo respiran por pequeños orificios, ventanas, chimeneas, cañerias...




"Humedad"

El pequeño reducto lleno de burbujas movía el cuerpo inerte de una mujer que se dejaba llevar por las corrientes del agua que la movían.

No estaba muerta ni dormida, simplemente se dejaba mecer y acunar por lo que la rodeaba, un estado líquido que la acercaba a la sensación de otros cuerpos, abrazos y besos que prometían ser tiernos y llenos de deseo que me hacían temblar y estremecerme.


















Sigue nadando el salmón en su viaje circular hacía ningún sitio.
En su agua se mezclan los orines de perro y el polvo de las suelas que a los zapatos se pega.
Sigue nadando el salmón en su viaje interminable mientras nuestra vida pasa cerca de él sin darnos cuenta.
......... de vez en cuando nos mira por algún agujero que las trampillas dejan.


















Humo y horizonte, un vacio interminable delante, detrás, una historia inacabada en tonos ocres de olor a rosas y tabaco negro. Traen imágenes sueltas que se le escapan al olvido y se refugian en los rincones, una película de monos que hablan y andan a dos patas, humanos que babean, que gruñen detrás de las rejas, la bicicleta amarilla de mi hermano apoyada contra la pared oscura del pajar de mi iaia, había gallinas, un hogar ya frío y unas escaleras tan altas como mis piernas, tuve que sudarlas y tocarlas con mis manos de niña, un olor a sexo masculino flotaba en las duchas de las colonias, ahora se que era olor a cañería, pero hay olores que no corresponden a sus realidades.














"Nana para celos"
Lamento sentir lo que siento ahora.
Mi deseo esta con dos personas que ahora yacen juntas, y siento celos , celos de no estar, de no besar y abrazar, de no oir los suspiros que en otro días pasados provoqué.
Lamento no controlar este sentir que siento injustificado, lo sé.
Pero voy a dormir para que el tiempo pase rápido y pronto amanezca.














Hacía dentro, en el interior de los refugios olvidados, refugios de seres despreciados, reducto de humedades.

Susurran por las tardes sonidos a aguas putrefactas y es por la noche, cuando de uno en uno se dejan ver si te escondes y no haces ruido.
Verás si te fijas pequeñas filas de ejercitos consumidos, desperdigándose por la ciudad.

Y es aquí en la oscuridad donde campan a sus anchas, cuando ganan poder y hacen huir a los humanos que se cruzan con ellos.














Este agujero es el conducto de evacuación de una zona de tierra que alguien prometió
que sería un jardín vecinal. La promesa se quedó en el aire y ahora ese trozo de tierra es lo que ya era, un trozo de zona árida donde solo crecen las malas hierbas y cagan los perros. Por este agujero entran y salen organismos vivos que aterran a los humanos: cucarachas, lombrices y otros gusanos, ratas y demás. Justo antes de hacer la foto había un hombre meando frente a la pared encima del agujero. Mientras el hombre evacuaba su exceso de líquido cientos de ojos y antenitas se acerv¡caban al agujero. Se reían de su escuálida pilila. Lo sé porque oí sus risas. Esta planta que hay debajo a la derecha es mi testigo.

"Pensamientos circulares de un salmón"














- Dime: ¿cuando puedo empezar a buscar una luz y dejar de nadar en un rio negro?

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- ¿Y si te dijera que nado para seguir flotando y no para llegar a algún sitio?, dime...







En unos columpios abandonados vivía por la noche una niña, allí dormía y soñaba. Justo al lado de la tapía la niña tenía un corral donde jugaba y alimentaba a un pollito.. El pollito era plateado con el pico anaranjado, se dejaba cuidar como un perrillo faldero.


Una noche la niña despertó intranquilay sintió el miedo en el corral, corrió hacía allí y coincidió con un ruido de huida que procedía del corral. Cuando llegó encontró al pollito muerto con los ojos dando vueltas dentro de las órbitas.


La niña solo pudo ver unas aletas de hombre ranaque huían alejándose, la niña volvío a mirar al pollito y lo que más le llamó la atención fué la espiral infinita que dibujaban sus ojos dando vueltas.


"Tebeos y juego"
Muchas tardes las pasaba la niña en una habitación de su vecino, un chave¡al unos ocho años mayor que ella. Al vecino no le importaba la presencia de la niña en su "cueva" y al a niña le encantaban los tebeos que él tenía en una estantería. Y así se pasaba las tardes la niña, arrodilladas, viendo historias de espadas, armadura y antifaz.
A veces el vecino proponía juegos y la niña no recuerda haber dicho alguna vez que no, no le parecía un mal juego solo que de pronto se le hizo monótono, y aunque el vecino no parecía que jugara con ella si sentía que a él le gustaba.
Con el tiempo la niña supo que los tebeos que le gustaban eran del Jabato y El Capitán Trueno y al juego que al vecino le gustba le decían felación.



















Erase de una silla que a una niña le regalaron, una silla de madera y plástico abandonada debajo de una escalera donde se grillan las patatas. La madera con el tiempo ha ido cuarteándose y los clavos que aguantaban las tiras de plástico se han soltado y otro oxidado.

La niña ya adulta se acordó de su infancia y fué a buscar su silla debajo de la escalera donde se grillan las patatas.

La silla ya no estaba y las patatas tampoco, solo el olor perduraba, un olor a humedad que a la niña ya adulta le devolvió su sillita.















- ¿Qué quieres ver?
- Lo que escondes debajo de las sábanas a oscuras, cuando no hay nadie a tu lado.
Tú pile se deshilacha y lo negro me aplasta. No huelo , no veo , no oigo, estoy sola. Me miro hacía dentro y me averguenzo.
Apagas la luz y me miras fijamente, no necesito espejo.

-¿Qué quieres ver?
- Apagas la luz y me miras fijamente, no necesito espejo, ya no.

-¿Qué quieres ver?
- Lo que escondes debajo de las sábanas, a oscuras, cuando no hay nadie a tú lado, ya no.



"La palabra y el agujero"
- Por este agujero lo vi meterse
- ¿Qué viste?
- Una especie de cucaracha con el caparazón plateado y que no andaba, se deslizaba. Iba hablando sin parar.
- ¿Qué decía?
- Repetía sin parar tres frases que un humano le enseño.
- pero... ¿qué frases eran?
-No sé, algo así: "otro vacio a mi recuerdo, otro nudo a mi garganta, otra palabra escondida en mi silencio". La oí que repetía y repetía y aquí dentro se metió, ¿no la oyes?
- no, ¿tú la oyes?
- no, ya no, pero me quedaré un rato por si sale
- no saldrá
- ¿por qué dices eso?
- Quizás la cucaracha sea la palabra y este agujero su silencio.